PREMIO NOBEL DE LA PAZ 2020
El pasado viernes 9 de octubre, el Comité Noruego del Nobel, con sede en Oslo, anunció que el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) recibirá el Premio Nobel de la Paz 2020.
Al anunciar el premio, la presidenta del Comité Noruego del Nobel, Berit Reiss-Andersen, señaló que “la agencia de la ONU merece el galardón por sus esfuerzos en la lucha contra el hambre, por su contribución a la mejora de las condiciones de paz en las zonas afectadas por conflictos, y por actuar como elemento impulsor para prevenir el uso del hambre como arma de guerra y de conflicto”.
El Secretario General de la ONU mostró su satisfacción por la concesión del premio al PMA, y recordó que “las mujeres y los hombres del PMA se enfrentan a grandes peligros y tienen que desplazarse a grandes distancias para proporcionar alimentos a millones de personas, a los afectados por los conflictos, a las víctimas de las catástrofes, a los niños y a familias”. Hizo hincapié en que a esa cifra hay que añadir a los que actualmente se encuentran “en el abismo de la hambruna debido a la pandemia del Covid-19”.
António Gutierres destacó en su mensaje que las operaciones del PMA son humanitarias y están por encima de la esfera política.
En el mismo mensaje, recordó que el PMA subsiste gracias a las aportaciones voluntarias de los Estados miembros de las Naciones Unidas y a las donaciones del público en general. Y añadió que “esa solidaridad se necesita precisamente ahora, y no sólo para hacer frente a la pandemia, sino también a otras crisis globales como los riesgos y la vulnerabilidad ante el cambio climático, que agravan aún más la escasez de alimentos”.
Al concluir el mensaje, Guterres felicitó al director ejecutivo del PMA, David Beasley, y a todo el personal del PMA por promover los valores de las Naciones Unidas, precisamente este año que celebramos el 75 aniversario de su fundación.
David Beasley, afirmó que la concesión del premio es un reconocimiento a la labor del personal del PMA que arriesga a diario su vida para llevar alimentos y asistencia a cerca de 100 millones de niños, mujeres y hombres que padecen hambre en todo el mundo.
El director ejecutivo del PMA también recordó que “la crisis climática y las presiones económicas han agravado aún más la situación juntamente con una pandemia y su impacto brutal, que está llevando a millones de personas además al borde de la inanición”.
Beasley destacó que donde hay conflicto, hay hambre. Y donde hay hambre, a menudo hay conflicto. “Hoy quiero recordar que la seguridad alimentaria, la paz y la estabilidad van de la mano. Sin paz, no podremos lograr nuestro objetivo global de hambre cero”.
Recordó también que el PMA trabaja codo con codo con los gobiernos, con organizaciones y socios del sector privado. “Sin ellos no podríamos ayudar a tantas personas. Somos un organismo operativo y el trabajo diario del personal del PMA se rige por nuestros valores fundamentales de integridad, humanidad e inclusión”.
El Gobierno de España también felicitó al PMA por el premio Nobel, y en su mensaje señala que “el galardón es un justo reconocimiento por la labor del PMA en la lucha contra el hambre y por mejorar las condiciones humanitarias en zonas afectadas por conflictos”. Señaló igualmente que el premio es especialmente oportuno “en un contexto de grave aumento de la inseguridad alimentaria global a causa de la pandemia provocada por el Covid-19”.
En el comunicado, el Gobierno de España recuerda que el PMA es desde hace años un socio estratégico de la Cooperación Española, ya que “nuestro país es uno de los principales donantes a la organización en la última década. Además, el PMA y la Cooperación Española colaboran estrechamente a través de la base logística de respuesta humanitaria del PMA en Las Palmas de Gran Canaria, desde donde se asiste a la región del África Occidental e igualmente desde Panamá a la región de América Latina”.
El premio, que consiste en una medalla de oro, un diploma y diez millones de coronas suecas (unos 950.000 euros) será entregado formalmente el 10 de diciembre, aniversario de la muerte de su fundador, el empresario y filántropo sueco Alfred Nobel (1833-1896). La ceremonia de entrega no se celebrará este año en el ayuntamiento, por razones sanitarias, sino en el Aula de la Universidad de Oslo.
La concesión del premio de la Paz 2020 al PMA se une a una larga lista de otros organismos de la ONU, como al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), las Fuerzas ONU para el mantenimiento de la Paz, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el Grupo de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), la propia ONU y su Secretario General en 2001, Kofi Annan, su Secretario General en 1961, Dag Hammarskjöld, y su Secretario General Adjunto en 1950, Ralph Bunche.
Una socia de nuestra Asociación (AFIJUB), Sonsoles Ruedas, ex funcionaria del PMA, al pedirle nosotros su opinión sobre la concesión del Premio Nobel de la Paz al Programa Mundial de Alimentos, nos ha contestado:
“Para mí es un merecido homenaje como respuesta al asesinato de mi colega Jorge Leitao en 1996, en Angola, cuando viajaba en un vehículo del PMA en misión de trabajo. Su esposa estaba embarazada de ocho meses. A los pocos días, nació Jorge, un bebé precioso.
Ese premio también es un reconocimiento muy especial a Julia Vasconcelos, una veterinaria que, cuando vio que su vida estaba en peligro, en Huambo (Angola), recorrió campo a través, con su marido y sus dos hijos menores de cinco años, 500 kilómetros hasta llegar al campo de desplazados internos en Lobito, gestionado por el PMA. Julia pasó el resto de su vida con el PMA ayudando a desplazados y refugiados. Para mí, ese premio va por ellos y por todos los que dejaron su piel luchando contra el hambre".